El mundo del arte se parece a una enciclopedia mitológica donde cualquier hecho que haya sido real en algún momento, ha sido tan decorado y reescrito en función de las conveniencias del relato, que terminan pareciéndose a las narraciones fantásticas de La Odisea de Homero. Lamentablemente la gente se los cree, y lo peor es que se ha idealizado y mitificado tanto el universo del arte y la idea de los artistas, que se logró alejar y aislar al arte del público, y de la gente, cuando su objetivo principal era precisamente lo opuesto.
La mayoría de la gente con la que uno habla, y probablemente también usted, han estado convencidos siempre que para ser artista hay que haber nacido con algún tipo de talento especial y con ciertas características genéticas extraordinarias, porque de lo contrario estará condenado a las llamas eternas de la pobreza y la mediocridad, teniendo como único destino posible el terminar siendo un indigente y paria de la humanidad (¿exagerado?).
También es enorme la cantidad de personas que creen que un artista es un ser excepcional, lleno de virtudes y de una nobleza tal que la Madre Teresa de Calcuta sería promedio al lado de los San Artistas, beatificados desde el nacimiento.
Ni lo uno ni lo otro. Un artista no es en nada diferente a una persona normal, en términos de talento, potencial, inteligencia, capacidades, etc.
Posiblemente, incluso podamos constatar que muchos artistas fueron durante su niñez o adolescencia, personas un tanto marginadas de su entorno social, ya sea porque no destacaban en las materias escolares de mayor relevancia, como lenguas o historia, y obviamente física, química y matemáticas, por lo que no podrían proyectarse como futuros empresarios exitosos, ingenieros o economistas, porque con seguridad tampoco destacaban como hábiles deportistas o grandes bailarines de fiestas, porque eran tímidos, porque de una u otra forma el mundo les resultaba hostil, y que por ello desarrollaran sensibilidades diferentes y estrategias de compensación como la habilidad del dibujo, o la interpretación musical, o se volcaron hacia la dramaturgia, o se aislaban perdiéndose en sueños que se convertían en relatos, y que daban vida a sus universos internos de fantasías y creaciones personales.
La habilidad y el talento, se construyen desde la práctica y la constancia, aún en los casos de quienes son tildados por su entorno como "artistas natos" o "genios" desde niños. Se trata siempre de personas que continuaron ejercitándose, copiando tal vez imágenes de revistas de cómics, calcando figuras de libros ilustrados, dedicando más horas a colorear, o a escribir en sus diarios, o aprenderse las canciones y tratar de imitar sonidos, en lugar de salir a jugar fútbol o socializar con los niños del barrio o del colegio.
La habilidad y el talento están siempre al alcance de quien esté dispuesto a aprender, practicar, insistir, creer en sí mismo y, ojalá, dejarse guiar para que su camino sea más fácil, más "limpio" de informaciones ambiguas o erradas que dificultan el recorrido y sobre todo, ojalá esto fuera real en todas las instituciones y familias: sin maltratos que minen su confianza y su fé en sí mismos.
Es igualmente falso que el artista sea un ser de grandes virtudes personales. Lo uno no tiene nada que ver con lo otro y la historia de la humanidad está allí para demostrarlo:
Cuántos artistas no han tenido problemas de bebidas, de drogas, de relaciones; cuántos famosos artistas lo son tanto por sus creaciones como por su mal temperamento (Beethoven) o por su carácter explosivo, por su ego desmedido, su misoginia, o hasta por sus creencias radicales, etc.
Hay artistas que no tocan el suelo porque levitan por sobre el común de los mortales, ya que se creen superiores por el hecho de autoproclamarse artistas (lo que es una garantía de su inmensa mediocridad)
Hay otros artistas que se supondría que son sensibles, por ser artistas, pero cuando te relacionas con ellos demuestran que sólo se importan a sí mismos y no sienten empatía por nada diferente a su reflejo.
Hay artistas también que son tímidos, inseguros, alegres, humanos, los hay tan entregados a los demás que lo dan todo en exceso, tal vez desesperados por recibir cariño y reconocimiento, los hay de todo tipo, con toda clase de personalidades, defectos, humanidades y necesidades como cualquier otra persona. Lo que significa que todos podemos ser artistas, o tenemos a un artista en potencia dentro de nuestros corazones que puede expresarnos como somos: únicos, sensibles, especiales.
excelente artículo sobre los y las modelos, para pensar y meditar al respecto, esa es una profesión en la que debemos respetar y agradecer a quienes la ejercen
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