Recientemente el Departamento Administrativo del Servicio Civil Distrital (DASCD) realizó en Bogotá el «I Concurso de Artes Plásticas del Distrito», dirigido exclusivamente a servidores públicos distritales.
Para nuestros lectores que no conozcan dicha institución, esta se encarga, entre otras funciones, del bienestar social de los servidores públicos de Bogotá, lo que explica que el certamen mencionado haya sido específicamente para ese segmento de la población de la ciudad. Aun así, felicitamos al DASCD por esta importante iniciativa cultural.
En el saludo que dio Claudia López, alcaldesa mayor de Bogotá, D. C., a los servidores públicos de la capital el día de su posesión, se mencionó que estos alcanzaban las 106.000 personas, número nada despreciable, superior a la cantidad de habitantes de más del 90 % de los municipios de Colombia.
En un colectivo de esas dimensiones es de esperarse que haya muchos dibujantes y pintores, aficionados y hasta profesionales. Dibujo y Pintura fueron las dos únicas categorías de la competición, para la que sugerimos considerar opciones adicionales de la Plástica en futuras ediciones.
La obra ganadora del primer puesto de este concurso fue Cortejo, de Efraín Canedo, a quien reconocemos como un gran artista y además conocemos de cerca, por ser estudiante de nuestra casa. Felicidades a Efraín por un triunfo muy merecido, esperamos seguir aprendiendo de tu desarrollo como creativo.
Nos parece muy positiva una convocatoria de pintura y dibujo como espacio de bienestar social para los servidores públicos distritales con inclinaciones artísticas, sin duda también es una buena oportunidad para un artista plástico para darse a conocer y una gran motivación para continuar progresando.
Quienes dedicamos tiempo a este tipo de expresiones artísticas vamos descubriendo muchos de sus beneficios. En algún punto nos damos cuenta de que pintar y dibujar son otras formas de meditar, de cuidar nuestra salud mental, no solamente un medio para ejercitar habilidades manuales, motrices y cerebrales. Asimismo es una forma de comunicar nuestras inquietudes tanto personales como sociales. Es legítimo el interés de una institución como el DASCD en el arte como herramienta de bienestar para los servidores públicos.
Pero el camino de los creadores es solitario y está lleno de dificultades, siempre viene bien una mano amiga, alguien interesado en nuestras necesidades. Formar un artista plástico no es barato, aunque hablemos de un autodidacta, el arte demanda una buena cantidad de recursos de todo tipo.
Se requiere una inversión en tiempo y dinero para materiales, educación artística, divulgación, espacios adecuados para la actividad y almacenamiento de sus trabajos, etc., sin ninguna garantía de remuneración. Si no se alcanza la fama en vida, quizás las obras nunca nos retribuyan. Hay ejemplos en la historia de pintores mundialmente conocidos que vivieron y murieron en la pobreza. ¿Es justo que quienes aportan a la identidad y al patrimonio cultural de los pueblos no puedan siquiera satisfacer sus necesidades básicas? ¿Cuál es entonces el estímulo que la sociedad da al arte y la cultura?
Los artistas – servidores públicos, aunque reciban ingresos por su trabajo no artístico para la ciudad, requieren incentivos para sus actividades artísticas. ¿Cómo se podría estimular el arte en una población equiparable a la de un municipio intermedio colombiano?
En Europa es frecuente que hasta muy humildes ayuntamientos tengan concursos de pintura con premios modestos en dinero (no es difícil encontrarlos de mil euros), pero bueno, siempre nos podremos excusar diciendo que allá son ricos.
Además del efectivo, hay muchas formas de ayudar a los artistas económicamente. Se pueden pagar o aliviar sus gastos, ya mencionados, con dineros públicos destinados al bienestar o gestionarlos con aliados del sector privado; pueden entregárseles becas y residencias artísticas; el Distrito puede adquirir su obra para una colección pública, etc.
Igualmente se pueden agotar otras opciones de divulgación y sensibilización: la obra puede ser expuesta físicamente en un lugar o evento de relevancia por un periodo de tiempo significativo; el artista y su obra pueden ser publicitados en toda la ciudad o al menos entre la población de servidores públicos. Es esencial que un premio marque un antes y un después en la carrera del autor.
Por otro lado, ¿es un concurso la mejor manera de comenzar a estimular el arte en una comunidad?, ¿debería acompañarse con otras actividades?, ¿sabe el DASCD cómo se sienten quienes no clasificaron ni ganaron?, ¿estarán frustrados o tristes?, ¿querrán seguir pintando o dibujando después de no ser tenidos en cuenta?, ¿recibieron retroalimentación o alguna forma de apoyo emocional?, ¿qué aprendieron al participar?, ¿Qué piensan ahora de esta entidad o del certamen?, qué aprendió el público sobre el arte o sobre estos creativos en esta oportunidad?, ¿cuántos participaron?, ¿se va a medir el impacto social de esta experiencia?
Comments