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Pero es que yo quiero ser artista Abstracto

Actualizado: 8 mar 2022



Con cierta regularidad escucho este comentario por parte de estudiantes y/o candidatos, que vienen a verme envueltos en un mar d


e contradicciones que ni ellos mismos entienden. Suelen acompañar esa declaración con frases como: “Yo ya aprendí dibujo hace mucho tiempo, pero casi no lo practico”, “yo ya domino los sombreados, pero no se me dan las manos”, o también: “es que lo mío es el abstraccionismo” o a veces: “Quiero hacer un arte que me fluya según mis emociones, con el color, y las texturas” o diferentes variaciones sobre el mismo argumento.


No digo que sea el caso de todo el mundo, pero sí es verdad que la gran mayoría de las veces, estas personas lo que hacen es esconder sus inseguridades y miedos tras un discurso como ese, hasta cierto punto pretencioso, queriendo convencerse a sí mismos y a los demás de una supuesta realidad que sólo esconde un miedo y probablemente una frustración.


Me recuerda un poco a esos comediantes que dicen que cuando una mujer dice “haga lo que quiera”, es en realidad una trampa mortal, y que lo que realmente quieren decir es que donde uno haga cualquier cosa diferente a obedecer ciegamente a sus mínimos designios, habrá guerra sin cuartel y será el inicio del apocalipsis. Igual aquí, cuando la gente me dice “ es que yo ya se dibujar y eso pero lo que me gusta es el "abstractismo", lo que en verdad están diciendo es que le tienen pánico al dibujo figurativo por que les costó tratar de aprenderlo, probablemente les trataron mal durante su proceso formativo o les humillaron, y desarrollaron una frustración y un bloqueo, impidiéndoles alcanzar sus expectativas y arrojándolos en los campos de la experimentación abstracta como salida más fácil, para que puedan validarse a sí mismos como artistas.


El problema está en que, si un candidato a estudiante se acerca al posible profesor, diciendo de entrada que ya sabe, que está sobrado, y que lo que busca no tiene nada que ver con lo que el profesor enseña, pues claramente hay un problema difícil de solucionar.



Es un problema muy Budista o Taoísta: En una tasa llena, cualquier líquido que trate de servir se desborda. En cualquier estudiante ya lleno de demasiado de sí mismo, es difícil sembrar nuevos conocimientos, y además la actitud prepotente de entrada condicionará al docente, trazando un camino de conflictos y dificultades desde antes de empezar.


Para mi es muy claro: El arte abstracto es un desarrollo que se alcanza desde un estudio estructurado del oficio plástico, donde primero se han de desarrollar las habilidades técnicas, compositivas, representativas y demás, luego se requiere de un estudio por lo menos cuidadoso de la historia del arte y de cómo nace el arte abstracto a principios del siglo XX, de las diferentes corrientes del expresionismo abstracto y de lo que se ha hecho en ese campo, se requieren estudios de filosofía del arte y de muchas otras cosas que permitan estructurar una obra con coherencia y con peso suficiente para poder desarrollarse plenamente dentro de la abstracción de manera válida y con calidad. El arte abstracto, como el arte conceptual, simplemente no se improvisan.


Pretenderse abstracto o conceptual sin ninguna formación estructurada que nos permita comprender estas formas de expresión de una manera más profunda y no solamente desde la complacencia visual, es en mi criterio una postura ofensiva e irrespetuosa. Y me ofende aún mucho más las decenas o cientos de talleres artesanales y supuestas academias que pretenden enseñar arte abstracto en cursillos de cinco o diez sesiones, y que te guían a través de ciertas mezclas y texturas para conseguir efectos visualmente atractivos, convenciéndote que cualquier manchón de pintura es arte.


Claro: es muuucho más fácil engañar a la gente con falsas técnicas que se sustentan en efectos facilistas, que acompañar al estudiante a través de las dificultades del oficio del dibujante y del pintor figurativo, para ayudarle a construir conocimientos y herramientas sólidas que le permitan escoger libremente el camino que desea transitar, y ofrecerle al estudiante la capacidad de aprender de historia, de filosofía, de concepto, ayudarle a que se forme su propio criterio y que, al final, La decisión de su camino dentro de la plástica no sea porque no pudo hacer otra cosa, sino porque, pudiendo desempeñarse en cualquier campo que desee, escoge libremente aquel con que resuena con mayor afinidad.


Para mí, resulta evidente: Aprender un arte, el que sea, es un proceso que se desarrolla desde el control y la disciplina, desde el rigor de ciertos procesos y ejercicios, que permiten ir alcanzando capacidades y habilidades, luego estados de conciencia y madurez (en las áreas relacionadas con esas artes), cultura, interiorización, luego dominio y maestría, para entonces poder apropiar todos esos aprendizajes y empezar a “desaprender” para que por fin entonces, pueda uno empezar a “ser” y “respirar arte” de manera natural, o existencial.



Este proceso necesita hacerse a través de un oficio, de una técnica, de un rigor, y en lo que respecta al dibujo y la pintura, y la escultura, ese oficio y rigor dependen, en mi criterio, de la figuración y de la disciplina técnica, al menos hasta que el cuerpo logre apropiar estas capacidades lo suficiente como para poder explorar otros caminos.


Alfredo Araújo Santoyo

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